Jesús Se Manifieste Para Cubrir La Necesidad Inmediata (Juan 14:18-24)

¿Realmente amamos a Jesús?

Si estabas tan devoto a su trabajo cómo estás a Jesús ¿tendrías empleo?

Si estabas tan fiel a su pareja como estás a Jesús ¿estarías casado todavía?

Si pagabas tus cuentas cómo apoyas a la iglesia de Jesús económicamente ¿tendrías comida, un auto y una casa?

Si estabas tan obediente a las leyes del gobierno cómo a la ley de Dios ¿todavía estarías en libertad o en la cárcel?

ver. juan 14.21

Juan 14:18-24

18 No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros.

19 Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis.

20 En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros.

21 El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.

22 Le dijo Judas (no el Iscariote): Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo?

23 Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.

24 El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió.

***

I. La llegada de Jesús a cada creyente es cierta. V. 18

A. Jesús promete volver a acompañar a sus discípulos V. 18a  No los dejará como “huérfanos” sin consolación. En el 13:33 Jesús considera a sus seguidores cómo a “hijitos”, así que su referencia a la condición de cada uno después de que se va cómo a “huérfanos” es bastante natural.

B. Jesús promete acompañar a cada creyente. V. 18b  A la luz de la revelación del “Consolador” quien vendrá porque Jesús se va a marchar, es sorprendente encontrar tan fuerte afirmación de la presencia continua de Jesús (verbo en tiempo presente). Pero a la luz de la revelación acerca de la Persona del Espíritu Santo más adelante en el mismo libro, concluimos que tener al Espíritu es tener a Jesús. Pero es tener a Jesús de una mejor manera que los mismos discípulos pudieron disfrutar de su presencia  aquí en la tierra.

 II. Ver a Jesús produce un conocimiento experiencial. Vs. 19-20

A. Solamente los que lo ven por fe vivirán para siempre. V. 19  El contraste en este versículo es tremendo. El mundo no tiene la capacidad de ver a Jesús durante su ausencia corporal. Pero los creyentes lo pueden ver con los ojos de la fe. Esta es la misma fe que asegura la vida eterna después de la vida en este mundo con sus limitaciones por corrupción.

B. El conocimiento de Jesús nos da la certeza de su presencia. V. 20  En aquel día, no mucho después, cada creyente tiene la promesa de conocer por experiencia algo sumamente importante acerca de Dios. Estar en Cristo nos admite a una relación sumamente estrecha con Dios el Padre. Jn. 17:22-23 Cada creyente iba a poder reconocer la relación como algo sobrenatural.  ¡Cristo no más va a estar con sus discípulos sino en ellos! Colosenses 1:26-27  

III. Experimentar a la presencia de Jesús revela Su amor por nosotros. Vs. 21-24

A. Dios se manifiesta a los que le aman. V. 21  Jesús dice a sus seguidores que una relación con Él, después de la ausencia de su persona física, depende totalmente en la retención de sus mandamientos. Esto requiere un alto conocimiento de su Palabra. Pero comprender o poseer los mandamientos no es suficiente para lograr el amor de Dios. Es imprescindible obedecer sus mandamientos diariamente.

Si lo hacemos, tendremos la promesa del amor del Padre y del Hijo. Esto produce el “hacer visible” a nuestro Salvador invisible como confirmación de su presencia con nosotros.

B. La manifestación de Jesús se limite a los que creen. V. 22  La pregunta de Judas tiene que ver con la palabra “manifestarse” en el verso 21. Si Jesús se hace plenamente visible, ¿cómo es que el mundo no lo va a poder ver? Los discípulos no pudieron entender por qué Jesús no elegiría manifestarse al mundo entero como el Mesías. Pero el plan de Dios es revelarse al mundo a través de sus seguidores obedientes.

C. La morada permanente de Jesús es en el creyente amoroso. Vs. 23-24  A pesar de que Judas expresa una duda sobre el plan de Dios al aparentemente abandonar al mundo, Jesús afirma que cada persona que le ama y obedece a sus mandamientos tendrá derecho a la presencia de Dios. Tanto la presencia de Dios Padre como Dios Hijo que se manifieste a través del Dios el Espíritu Santo. Jesús reafirma que tener al Espíritu es contar con la presencia de Dios.

Pero hay otro lado no tan positivo que presupone que los que no aman a Jesús no guardarán sus palabras. Así que no gozarán de la presencia de Cristo en ellos.

Jesús termina diciendo nuevamente que este es el plan soberano de Dios y que el Hijo cumple con los propósitos del Padre.

La Singularidad de Cristo

No sé si alguna vez anduviste por la ribera del mar, pero puede ser una experiencia placentera. Lo que uno llega a reconocer si pasa aún un poco de tiempo en la playa es que las olas del mar nunca cesan de aparecer. Termina una ola y ya viene otra para reemplazarla. He estado en la playa cuando hubo mucho viento y las olas eran gigantes. Pero también he estado en la playa cuando apenas había evidencia de las mismas olas. Lo que deseo destacar es que no importa el tamaño de las olas, siempre aparecen una tras otra.

De igual manera la gracia de Dios en la vida del creyente es algo que nunca terminará de aparecer. A veces sentimos fuerte la gracia de Dios en nuestras vidas, y en otras oportunidades es poca evidente. Pero Juan, en su prólogo al evangelio, describe a la gracia de Dios como algo que se experimenta vez tras vez en la vida cristiana. Este prólogo termina con la idea de la singularidad de Jesucristo. Se presentan las ideas de que Juan el Bautista es solamente un testigo del Verbo o no encima del mismo, que la gracia de Dios suple las necesidades de su pueblo y que la ley de Moisés no puede compararse con la verdad que se encuentra en Jesús. La última palabra nos instruye que Jesús revela a Dios el Padre.

Juan 1:15-18
15 Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo.

16 Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia.

17 Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.

18 A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.

Predica de Pastor Jaime Greenwood, 14 de octubre, 2012

AUDIO – MP3

I. Jesús es eternal v. 15

A. Juan el Bautista da testimonio de Jesús.  Vs.6-7 nos habla de que Juan da testimonio para que “todos creyesen por él.” Aquí en el versículo 15 los verbos “dar” y “clamar” están en tiempo presente cosa que nos indica que hasta el día de hoy, su testimonio anuncia la preeminencia de Jesucristo.

B. El testimonio de Juan el Bautista concuerda con el evangelio de Juan.  En la antigüedad, la cosa primera tuvo preeminencia sobre la cosa postrera. Lo que apareció primero en tiempo era más importante que lo que llega después. Juan el Bautista nació unos seis meses antes de Jesús y comenzó su ministerio público antes de Jesús. Pero el testimonio de Juan el Bautista es que Jesús “es antes de mí; porque era primero que yo.” Esto hace obvia referencia al hecho que Jesús es eternal Dios y que su ministerio es más importante. Es exactamente lo que argumenta El apóstol Juan en los primeros 14 versículos del capítulo uno. En otras palabras Juan el Bautista argumenta que a pesar de que apareció en el escenario antes de Jesús, no es superior a Jesús “porque la preexistencia de Jesús implica su prioridad.” (Leon Morris El Evangelio Según Juan vol. I, p.145)

II. Jesús tiene plenitud de gracia y de verdad. Vs. 16-17

A. Jesús es la fuente de todas nuestras bendiciones. V. 16  La palabra plenitud lleva el significado de “la que llena” pero en un sentido concreto como algo que ocurrió en al pasado pero con resultados que continúan. Es el mismo significado del verbo en el v. 12cuando habla de “los que le recibieron.” Es una referencia a lo que disfrutamos a través de nuestra salvación. Pero incluye la gracia de Dios que “continua” y es “inagotable.” “La Gracia no conoce límites ni interrupciones” (Morris p.146).

La idea de “gracia sobre gracia” es bendición tras bendición.

“La Gracia es una aventura. Nadie sabe a dónde puede llevarle la Gracia, que bendición traerá, o qué cambios acarreará. La Gracia supone una experiencia de total dependencia y bendición de Dios” (Morris p.147).

B. Jesús es la fuente de la verdad. V. 17  Para los judíos, la ley de Moisés eran los primeros cinco libros de la Biblia. Pero Juan usa ese término para hacer una comparación entre el judaísmo y el cristianismo. A través de Moisés vino la ley que para los judíos reveló tanto la gracia de Dios y la verdad. Pero Juan atribuye la gracia y verdad a Jesucristo y dice que la ley es opuesta a la gracia y verdad.

Entonces, Moisés no es el primogenitor de la gracia y la verdad pero estos atributos se revelan en la persona de Jesucristo. “Por medio de” nos hace entender que la Revelación es de origen divino.

III. Jesús disfruta una íntima relación con el Padre. V. 18

A. Dios no se conoce aparte de Jesucristo.  Esta no es una referencia a ver físicamente, sino es más bien una referencia a la importancia de la venida de Cristo en revelarnos el Dios invisible.

“Las teofanías del Antiguo Testamento no daban a conocer ni podían dar a conocer a Dios en Su totalidad. Pero Cristo le dio a conocer” (Morris p. 149).

B. Jesús es una revelación de Dios verídica.  “Podemos confiar en que Dios es como Cristo lo dio a conocer” (Morris p.150). Jesús está en el seno del Padre que hace referencia a la proximidad entre el Padre e Hijo. Dice Juan qué es algo que sigue siendo vigente con el tiempo del verbo “Está.” La encarnación no debilitó a Jesús cuando vino a la tierra, sino agregó algo a Su función. No tenemos un pequeño Dios sino un Dios hecho carne.