No sirve tan solo vivir una vida religiosa si tu corazón no está entregado a Dios. Los israelitas volvieron a Egipto, y la esclavitud que estaban allí en sus corazones. Sin embargo, la pregunta que debemos hacernos a nosotros mismos mientras estudiamos estos versículos es: ¿hacia dónde corro yo? ¿Estoy corriendo hacia Dios, lo estoy buscando y sirviendo, o estoy corriendo en la dirección de mi propia elección? Mantenga la respuesta a esa pregunta en su mente, a medida que continuamos en nuestro estudio.
Los israelitas anhelaban volver a su antiguo estilo de vida en Egipto. Querían sus ídolos y ceremonias, en lugar de este nuevo Dios. Anhelaban la vida más fácil de la esclavitud en lugar de la vida más difícil de la fe.
La gente lucha con eso hoy. Le gustan sus pecados y, francamente, no quiere cambiar. No ve nada malo en ello. Sin embargo, lo que no ve es la esclavitud a la que está sometida en ese momento. Ellos están justo donde el enemigo los quiere. Proverbios 14:12 nos dice que “hay camino que al hombre le parece derecho, pero su fin es camino de muerte”.
Engañaron a Aarón para elaborarlos un ídolo con forma de becerro, que en ese momento era de moda en Egipto. Así que, ellos habían dado la espalda totalmente a Dios no tan solo con sus corazones. Ellos rebelaron contra el mismo Dios que los había librado, apenas unas semanas antes.
Tenían su becerro, hacían sus sacrificios, procedían a quitarse toda la ropa y bailar alrededor de la estatua. Esta orgullosa nación judía, que fue el pueblo elegido de Dios, se equivocó. Esteban argumenta que no es suficiente vivir una vida religiosa si el corazón no está entregado a Dios.
I. Las tendencias idolatras del pueblo remarcadas (vv. 40b-41)
A. Buscaron un reemplazo por Moisés, el líder asignado por Dios v. 40b Por más que los acusadores alababan, veneraron, y guardaban la reputación de Moisés, ellos eran responsables por no obedecer a la ley de Moisés por su propia idolatría de corazón (6:13-14).
B. Elevaron sus propias creaciones al nivel Dios v. 41 La idea de un becerro en la idolatría está bien registrada (I Reyes 12:28). Dios detestaba esta rebelión de corazón (Oseas 8:4-6). Por implicancia daba a entender que un Dios pudo ser hecho con manos humanas y adoptados por elección propia (Isaías 44:9-20).
II. Las consecuencias de la idolatría detalladas (vv. 42-43)
A. Dios les dio rienda suelta para seguir a sus ídolos (v. 42ª) De igual manera que ellos volvieron en sus corazones de Dios (v. 39), Dios los abandonó a sus pasiones y los entregó a las mismas (Romanos 1:24, 26, 28).
B. Los idólatras llevan una doble vida (v. 42b-43ª) La cita es de Amós 5:25-27 donde Amós dice que no tan solo implicaba una adoración a Dios sino una entrega de corazón a Él. Esteban argumenta que ellos adoraron a Dios boca afuera pero sus corazones estuvieron adorando a otros dioses (Isaías 29:13). En Deuteronomio 4:19 Moisés había advertido al pueblo judío contra la adoración de los cuerpos celestiales. Pero en Jeremías 8:2 vemos que llegó a ser pecado para el pueblo de Israel.
C. Sufren un desplazamiento repentino (v. 43b) En vez de destruir al pueblo por completo, Dios propuso disciplinar severamente a los rebeldes condenándolos al cautiverio en Babilonia para que pudieran ver las verdaderas consecuencias de la idolatría de corazón.



Se escucha contar la historia sobre un mariscal en el ejército de Napoleón, un hombre que estaba devoto y totalmente unido a él, que recibió una herida mortal en batalla. A medida que se acercaba los últimos momentos y él yacía moribundo en su tienda, envió a su líder. Napoleón vino a verlo. El pobre hombre creía que su emperador podía hacer cualquier cosa. Tal vez incluso buscó ponerlo en el lugar de Dios. Así que le rogó seriamente a su líder que le salvara la vida. El emperador cabeceó la negativa y tristemente se dio vuelta. Pero mientras el hombre moribundo sintió que la mano fría y despiadada de la muerte lo arrastraba irresistiblemente detrás de la cortina del mundo invisible, todavía se escuchaba gritar: «¡Sálvame, Napoleón! ¡Sálvame! ”En la hora de su muerte, ese soldado descubrió que ni siquiera el poderoso Napoleón podía darle vida física.
El mensaje de Esteban al Sanedrín fue este. Ni Abraham, ni José, ni Moisés pudieron salvarlos. Solo el profeta que Moisés les dijo que vendría podría hacerlo. Él, siendo el Hijo de Dios, se ofreciera como el sacrificio adecuado por sus pecados. Solo Él podía salvarlos, y estaban a punto de rechazarlo al igual que Moisés fue rechazado.
Poder ofrecer una buena defensa de nuestra fe es un indicio de nuestro conocimiento bíblico y frustra las intenciones de los malvados. En el caso delante de nosotros, Esteban es traído delante el concilio por unas falsas acusaciones y las intenciones de los acusadores es destruir a Esteban. Ellos lograron este propósito. Pero atrás de lo inmediato y la destrucción de la persona de Esteban es la intención de destruir a la enseñanza que Jesús es el Mesías y la nueva religión que se está formando alrededor de sus seguidores. En este caso, los acusadores no sólo ven a sus intenciones frustradas además el evangelio de Jesucristo se expande aún más rápido.