Dios Envuelto en Carne Humana

«Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.» (Juan 1:14)

Predica de Pastor Jaime Greenwood, 7 de octubre, 2012

Dios Envuelto en Carne Humana

Jesús representado. V. 14

Esto suele ser “la declaración más concisa” sobre el advenimiento del Logos, Jesucristo. “El Verbo no es un principio, sino un Ser vivo y la fuente de la vida; no es una personificación, sino una Persona, una persona divina. El Verbo es nada menos que Dios.” (Morris)

I. Jesús se hizo carne.  Juan no dice que El Verbo se hizo hombre o que el Verbo tomó forma de cuerpo, sino utiliza el término “carne” para hacer referencia a la naturaleza humana para decir que Jesús el Creador se humanó.

“Esta realidad es sin duda alguna la más profunda e inescrutable en toda la historia porque indica que el infinito se volvió finito, el Eterno se conformó al tiempo, el Invisible se hizo visible y el Sobrenatural se redujo a sí mismo a lo natural. Sin embargo, en la encarnación el Verbo no dejó de ser Dios.” (MacArthur)

Es aparente que Juan combate algunas ideas equivocadas en cuanto a la naturaleza de Jesús. Los que negaban la humanidad de Jesús enseñaron que Jesús tuvo la apariencia de hombre. Pero mientras Jesús se hizo susceptible a las enfermedades de la carne, nunca pecó, sino fue hecho pecado para redimirnos del pecado. II Cor. 5:21

“Fijémonos que ésta es la primera vez que Juan indica que el Verbo y Jesús son la misma persona. Hasta este punto, lo más probable es que el lector pensara que ‘el Verbo’ se refería a un principio cósmico supremo, o algo por el estilo.” (Morris)

II. Jesús habitó entre nosotros.  No solamente se vistió de carne, sino el Verbo Jesús tomó residencia aquí entre nosotros. El creador del universo se humilló según Filipenses 2 y anduvo entre nosotros como uno de nosotros. El significado de este término es literalmente “montar un tabernáculo o campamento” o “vivir en una tienda.” Es evidente “que Juan quiere que pensemos en la presencia de Dios en el tabernáculo pues la gloria estaba asociada con el tabernáculo” en la mente de los judíos. (Morris)  En Éxodo 40:34 la Biblia hace referencia a la gloria de Dios y como esto llenó el tabernáculo tomando residencia entre el pueblo. Desde la creación ha sido el propósito de Dios tener contacto con su creación. En el huerto de Edén Dios anduvo con Adán y Eva. Dios tomó residencia entre Su pueblo en el tabernáculo y después en el templo. Ahora la morada de Dios entre su pueblo es el corazón mismo de las personas salvas. II Cor. 6:16 Esto es un cumplimiento de las promesas de Gen. 9:27 y Zac. 2:10.

III. Vimos su gloria.  Esta es una referencia al hecho que Juan y los discípulos son testigos oculares. Pero la palabra griega significa “contemplar” y contiene a la vez el sentido de asombro o admiración. Juan dice nosotros lo vimos porque no todos están dispuestos o preparados para reconocer su gloria. Para algunos era un hombre cualquier o quizás algún profeta, pero para los discípulos llegó a ser identificado como “El Cristo de Dios.” Lucas 9:20

Su gloria es la Shekiná o la presencia de Dios mismo. Esa palabra se usa para decir que la gloria de Dios habita en un lugar físico, que en el caso de tabernáculo se encontró entre los querubines en el lugar santísimo. Con este término “Juan sugiere que Cristo – como el verbo hecho carne – era la verdadera Shekiná, la verdadera presencia de Dios con los hombres.” (W. Nicholls, Jacob’s Ladder)

IV. La gloria como del unigénito del Padre.  Esta es otra fuerte referencia a la Shekiná de Dios y su gloria resultante. La gloria verdadera se manifestará más adelante en la cruz de Jesús (Juan 12:23-24; 13:31). La repetición de la palabra gloria nos hace entender que es algo bastante real. “La verdadera gloria estaba allí, en medio de ellos, encarnada en la vida terrenal del Verbo. Y podía verse.” (Morris) Agrega aquí el hecho que Jesús es el único hijo de este tipo y que disfruta una relación especial con el Padre.

V. El que está lleno de gracia y verdad es el Verbo.  El testimonio de este hijo es que él mismo expresa la gracia de Dios y es una verdadera representación del Dios creador. La gracia es algo que “causa gozo o encanto” y contiene la idea de algo totalmente inmerecido por parte de él que la recibe. La obvia respuesta es una “actitud de gratitud” de parte de los que participan en la gloria.

Lo que tenemos es una presentación del “concepto de verdad y de la completa fiabilidad de Dios” cosas que “son inseparables.” “La gente que solo se aferra a la gracia tiene un dibujo desequilibrado de la realidad. Dios es el Dios de la Gracia. Pero también es el Dios que exige de su pueblo “la verdad en lo más íntimo” (Sal. 51:6). Sus hijos tienen que practicar la verdad (Juan 3:21).” (Morris)

El Verbo en Relación a la Creación

Juan 1:3-5

3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.

4 En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.

5 La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.

Predica de Pastor Jaime Greenwood, 16 de septiembre, 2012

[youtube http://youtu.be/GNf-W3k3BH4]

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Juan continúa con su introducción de la persona de Jesucristo el Verbo en los versículos 3-5 cuando nos habla de su relación a la creación. El Verbo no es un ser creado sino Dios mismo. El Verbo no solamente estuvo presente en la creación del mundo sino participó activamente en  ella. Este argumento nos va a preparar el camino para poder entender un poquito del por qué vino el Verbo a la tierra en forma humana. Juan considera unos atributos del Verbo en estos 3 versículos que tienen que ver con el poder creativo del Hijo de Dios.

I. La relación  del Verbo con la creación. V. 3

Juan explica a la creación del universo a través del Verbo.

A. “El Padre creó, pero lo hizo ‘por medio’ del Verbo.”[1]

La frase “todas las cosas” nos indica una totalidad de las cosas en forma individualizada. La palabra traducida “por” significa “por medio.” Es a través de Jesucristo que el universo llegó a existir (He. 1:1-3). Dios el Padre es la fuente de la creación mientras el Verbo Jesucristo es el agente de la creación (I Cor. 8:6).

B. “El mundo existe porque Dios mismo ha actuado por medio de su Palabra.”[2]

Los griegos y filósofos antiguos llegaron a la conclusión de que la materia era algo inherente malo. Pero Juan utiliza una formula en este versículo para aclarar que Dios no solo estuvo presente y activo en la creación sino que ninguna sola cosa creada existe aparte del Dios creador.

II. La creación de la vida por el Verbo. V. 4

El poder que cree y sostiene la vida es el Verbo.

A. No hay vida sin el Verbo.

El concepto de la vida aquí es una referencia amplia. El término vida aparece 36 veces en este evangelio y en la mayoría de los casos es una referencia a la vida eterna. Pero en este texto la referencia es a la creación que llega a tener vida a través del poder creativo del Dios todopoderoso. “La única razón por la que hay vida en las cosas que hay sobre la tierra es porque hay vida en el Logos[3]  Jesús vino para darnos vida en abundancia (Juan 10:10) a través de su muerte (Juan 3:16) solo los que vienen a Él tienen vida (Juan 5:40).

B. La vida es también luz.

No es incorrecto decir que la luz es vida. Jesús es la luz del mundo (9:5) y es la vida (11:25). La luz da vida y la vida es luz (Salmo 36:9). Las primeras palabras enunciadas por Dios en las escrituras se encuentran en Génesis 1:3 donde dice “Sea la luz.” Aquí en Juan podemos ver que el Verbo es la fuente de la luz. “Toda la luz que existe, andemos o no en ella, se la debemos a la Palabra, al Verbo.”[4] Jesús es el que trae la vida y lleva la luz.

III. La luz disipa las tinieblas. V. 5

Aquí se trata por primera vez con uno de los temas del evangelio, la lucha entre las tinieblas y la luz.

A. Brilla la luz.

La luz jamás deja de brillar. Los hombres estamos destinados a la perdición porque amamos más las tinieblas que la luz (3:19). El propósito de Jesús es que el mundo no ande más en las tinieblas (8:12).

B. La luz brilla a pesar del ataque de las tinieblas.

Jesús es la luz y la vida del mundo cuyo poder sobre las tinieblas se culmina en su sacrificio en la cruz del calvario. En Romanos 1:18-23 tenemos una aplicación de esta lucha entre las tinieblas y la luz que sigue vigente hasta el día de hoy.


[1] Morris Leon. El Evangelio Según Juan Vol. 1 p.114

[2] Ibid p.115

[3] Ibid p.117

[4] Ibid p. 119