Saludad a todos los hermanos con ósculo santo. Os conjuro por el Señor, que esta carta se lea a todos los santos hermanos. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros. Amén. (1Tes. 5:26-28)
Se comparte la historia de un joven que terminó ganando a miles para Cristo, se dice que es todo el resultado de un beso. El joven Roberto Moffatt estuvo dejando su hogar y su mamá le acompañaba por un tramo. Al no poder seguir más el camino, ella paró y le dijo, “Roberto, prométeme algo”. Él respondió con que le era necesario saber el asunto antes de poder prometerle. Ella le dijo, “es algo fácil de hacer. Por favor prométeme esto”. “Muy bien mamá” respondió Roberto “Te prometo, yo haré cualquier cosa que me pidas”. Ella extendió sus manos y las enceraban detrás de la cabeza de su hijo y le hizo venir más cerca a su cara para decirle, “Roberto, estás por entrar en un mundo hostil. Comience cada día con Dios, termina cada día con Dios”. Entonces ella le besó a Roberto y él relató que aquel beso es lo que le llevó a dedicarse la vida a la obra misionera.

El beso es un símbolo de afecto y amor que debe de usarse para significar una relación estrecha entre personas. Los hermanos en la fe en la Argentina tienen la costumbre de saludar el uno al otro con un beso en la mejilla o en el caso de algunos, en ambas mejillas. El apóstol Pablo concluye su carta a los tesalonicenses con el mandato de saludar a cada hermano en una manera que comunica el respeto y afecto que debemos sentirnos por nuestra común fe en Jesucristo. Esta expresión acompaña su mandato de leer esta misma carta a todos los hermanos antes de cerrar la carta con una oración por la gracia de Dios.
I. La necesidad de demostrar el afecto el uno al otro v. 26
A. Debemos ser conocidos por nuestra amabilidad. Pablo quiere que ellos se conocen entre sí, y por ende, entre la comunidad por sus gran respeto y afecto el uno por el otro. Es triste cuando un grupo que profesa fe en Cristo no se conoce por su amabilidad porque tiende a desanimar a otros a juntarse a aquel grupo.
B. Nuestras expresiones de afecto deben de ser genuinas. Para el cuarto siglo después de Cristo hubo muchas instrucciones en cuanto al ósculo santo en la iglesia. Pero aquí, Pablo tiene en mente expresar su afecto a pesar de su ausencia. En efecto nos dice, “Quiero que sientan mi afecto a través de los demás hermanos”. Hubo mal usos en la historia de esta expresión de afecto pero la intención es de ánimo mutuo dentro de la comunidad cristiana. Por eso se ve reflejado en varios textos por ejemplo Rom. 16:16; 1 Cor. 16:20; 2 Cor. 13:12.
II. La necesidad de compartir las enseñanzas a todos los hermanos v. 27
El uso del pronombre personal “yo” parece indicar que Pablo mismo toma la pluma para concluir esta carta escrita por un ayudante. La frase “os conjuro por el Señor” es muy fuerte y nos hace preguntar por qué era necesario esta orden. Hay muchas opiniones pero la conclusión más lógica es que algunos hermanos le criticaron a Pablo por su ausencia y dijeron que si él los amaba de verdad los hubiera visitado a esta altura. Pablo dice que su amor y cuidado por ellos es genuino y por esto quiere que todos lo sepa a través de una lectura pública de su carta.
Vemos aquí la importancia de tener presente la instrucción bíblica en todo momento y para cada creyente. Nadie debe de creerse inmune a la necesidad de la instrucción cristiana sin importar la cantidad de años en el Señor.
III. La necesidad de experimentar la gracia de Dios en la vida de cada creyente v. 28
En vez de un saludo habitual de “Pasadlo bien” en Hechos 15:29, Pablo emplea un saludo que desea la gracia de Dios para sus lectores. A veces este último saludo es mas corto cf. Col. 4:18 o más extenso 2 Cor. 13:14. Pablo comienza y termina la carta deseándoles más de la gracia de Dios.
El autor Denney dijo, «Lo que Dios tiene para decirnos – y en todas las cartas del Nuevo Testamento hay cosas que escudriñan el corazón y lo hacen temblar – comienza y termina con gracia… Todo lo que Dios ha sido para el hombre en Jesucristo se resume en ella: toda su mansedumbre y belleza, toda su ternura y paciencia, toda la santa pasión de su amor, está reunida en la gracia. ¿Qué más puede desear un alma para otro que no sea que la gracia del Señor Jesucristo esté con él?» Morris, L. (1991). La Primera y Segunda Epístolas a los Tesalonicenses. Gracia significa “lo que causa gozo” pero en un saludo tiene en mente el regalo gratis de Dios y en especial la salvación. Ellos deben de vivir en la realidad de lo que Dios nos ha regalado.



Mi familia y yo hemos viajado mucho para visitar a varias iglesias alrededor de los Estados Unidos. En distintas oportunidades nos era necesario conseguir un hotel para quedarnos durante la visita. No hay nada más decepcionante que llegar a un hotel para encontrar que las fotos del establecimiento puestos en su sitio web no coincidan con la realidad. A pesar de que hoy por hoy existe un sinfín de sitios web donde una persona puede hacer comparar las instalaciones de los distintos hoteles, ellos sigan con la práctica de contratar con fotógrafos profesionales para publicar su propia versión de la realidad en distintos medios. Hay varios sitios web dedicados a ayudar a un futuro cliente compara las fotos profesionales con las fotos de los huéspedes recientes. En varios casos, las fotos profesionales proyectan una imagen que da una apariencia más favorable al hotel que las fotos de los huéspedes. En un ejemplo ya muy famoso, un fotógrafo profesional puso a un modelo con una tabla de surf debajo de su hombre saliendo de la pileta del hotel. El ángulo de la foto no te permitió distinguir el verdadero tamaño de la pileta. Las fotos de los huéspedes indicaron mejor la verdad al mostrar que ¡la pileta era más o menos el mismo largo de la tabla de surf debajo el hombre del modelo! Las apariencias daban una imagen mientras la realidad era otra.

Cada creyente tiene la responsabilidad de dar buenos consejos a sus hermanos en la fe. La palabra griega noutesía es de dónde proviene la palabra noutético que el autor Jay Adams ha inventado para describir a una manera de aconsejar que sea sumamente bíblica. Según este paradigma, el aconsejar debe comenzar y terminar con el correcto uso y debida aplicación de las Escrituras a las necesidades del hombre. En vez de buscar soluciones en la psicología humanista, debemos enfrentar a cada situación en el diario vivir con las palabras alentadoras de la Biblia que contiene verdaderas soluciones. Nuestro texto hoy utiliza el término noutesía en el verso 14 cuando nos ruega Pablo a “amonestar a los ociosos” y allí encontramos uno de los usos más comunes para el término. En vez de dirigirse a unos pocos adeptos, entrenados y preparados líderes, el apóstol Pablo hace referencia a la iglesia en su totalidad y desea que todos estén capacitados para dar buenos consejos.
Hay una historia de un diácono que siempre dormía cuando el pastor empezó a predicar. Un domingo el pastor tomó la decisión de divertirse un poco al costo del diácono. Empezó a predicar y como siempre el diácono se durmió. El pastor dijo con voz suave, “todos los que quieren ir al cielo, pónganse de pie.” Toda la congregación se puso de pie excepto el hombre dormido. El pastor invitó a todos a tomar sus asientos de nuevo. Ahora gritó a toda voz, “¡todos los que desean ir al infierno, pónganse de pie!” Al gritar esto, el diácono se despertó y salto en pie. Miró en su alrededor y dijo, “pastor, no sé que estamos votando pero vos y yo somos los únicos dos a favor.”
El diccionario de la lengua española define a la palabra velar de varias maneras. Entre ellas,
Si la información aportada en el pasaje que fue presentada la semana pasada no te quita todas las preocupaciones para dar confort a tu alma, puede ser que todavía tenés alguna duda sobre cuándo va a ocurrir la parusía. Aparentemente los tesalonicenses sintieron angustia sobre la muerte de algunos de los creyentes al considerar que ellos iban a perderse la oportunidad de reinar con Cristo durante el milenio. Por esta razón, Pablo había escrito en el capítulo cuatro dándoles a entender información nueva sobre el futuro con Cristo. Tanto los muertos en Cristo como los vivos al momento de la Parusía iban a disfrutar de los beneficios de la llegada de Jesús a través de o una resurrección de entre los muertos o el arrebatamiento. La confusión parece radicar en la que dice Daniel 12:2 repetido en Juan 5:29. Los muertos antes de Cristo aparentemente tendrán que esperar hasta después del milenio para gozar de la resurrección de sus cuerpos. Si es así, los tesalonicenses temían que la muerte iba a separarlos de un futuro glorioso al participar con Cristo en su reino terrenal. En el capítulo cuatro Pablo dice que la apariencia de Cristo asegura para el creyente el estar “siempre con el Señor” mientras el capítulo 5 introduce eventos difíciles y penosos. La diferencia es tan marcada que un estudioso de la Biblia con dificultad extrema encontrará a los creyentes padeciendo los eventos del “Día del Señor” descritos en mayor detalle entre los capítulos 6-19 de Apocalipsis. Pablo no encuentra necesario el escribir sobre estos acontecimientos pero lo hace por igual (4:9).
¿Alguna vez reservaste un lugar en una fila para otra persona que no aparecía en el momento esperado? Puede ser que alguien delante de ti en el supermercado te pidió permiso para ir a buscar una cosa más y te encargó de mantener su lugar en la fila. O puede ser algo más importante, como por ejemplo, subir a algún vehículo con una cantidad limitada de lugares. Al no aparecer la otra persona que esperabas, tu ansiedad aumentó al pensar en la posibilidad de que aquella no iba a poder participar por no encontrar lugar cuando por fin apareciera. Puede ser la causa de conflicto para una pareja al abandonar la fila en búsqueda del baño y ver mover la fila y la otra parte aparece al último momento. O aún peor, tener que dejar pasar a otras personas porque tu cónyuge no llegó a tiempo. Esta tensión y conflicto son los productos de expectativas no cumplidas. Pero que gozo y alivio cuando la persona apareciera en el momento justo.