
El plan de Dios para tu vida es perfecto y no deja fuera ningún detalle.
I. Orientación interna para circunstancias inexplicables externas vv. 17-20
A. Dios quiere que meditemos en su Palabra vv. 17-19 En vez de revelar su completa voluntad, Dios dejó a Pedro con la necesidad de concentrar su mente en lo que había recibido. Por más que Pedro se ve perplejo en cuanto a la revelación divina, no tuvo que adivinar su significado porque Dios le revela su significado pronto después.
B. Dios desea que lleguemos a las conclusiones correctas v. 20 Pedro ahora es instruido directamente por Dios de acompañar a los hombres que ahora se presentan en la puerta de la casa donde él está hospedado. Es hora de dejar de meditar en lo sucedido y actuar en base de la dirección de Dios. Porque Dios sabe todas las tareas que nos están por delante nos prepara el camino de principio a fin para llevar a cabo su perfecta voluntad. La instrucción bíblica nos siempre es más provechosa cuando tenemos oportunidad para llevarla a la práctica.
II. Obediencia y fe a pesar de las posibles consecuencias vv. 21-23a
A. Fe en las promesas de Dios v. 21 Pedro se acerca a los mensajeros en su puerta para recibir su mensaje y su persona. En vez de dudar de la veracidad de la revelación divina o su posible aplicación a la situación, Pedro anticipa mayor comprensión acerca de la voluntad de Dios al hacer en aquel momento todo lo que él sabe que debe hacer. Su fe es premiada al encontrarse con estos hombres que vienen con más instrucciones para su futuro ministerio a los gentiles.
B. Obediencia a pesar de los posibles obstáculos vv. 22-23a En vez de dejar sus prejuicios y su sentido de superioridad crear una duda en cuanto a las posibles consecuencias al ir con estos siervos y el soldado griegos, Pedro decide que Dios puede superar cualquier obstáculo que pudiera sugerir a la luz de su ministerio entre los gentiles. Es una tremenda lección en como la fe basada en las promesas de Dios nos lleva a la obediencia aún cuando vamos a sufrir censura por proceder. Los cuestionamientos que Pedro recibe después de este episodio nos anticipan momentos difíciles en el ministerio de la Palabra. Pero estar bien con Dios es mejor que estar pendiente de agradar a todos los hombres.
III. Oportunidades aprovechadas en base de las expectativas creadas por Dios vv. 23b-25 La tremenda respuesta de Pedro frente a la invitación de acercarse a Cornelio es de acompañar a estos hombres y viajar a la casa su amo. Pedro es acompañado por seis hombres (11:12) que sirven de testigos en un breve futuro cuando tiene que rendir cuentas en Jerusalén. Al llegar a la casa de Cornelio, este ha preparado su casa no con adornos para su huésped sino la llenó con personas para que ellos mismos puedan escuchar la “locura de la prédica” y aprovechar de primera mano la instrucción que Dios le está por entregar. Cornelio no va a tener que dar tan solo testimonio acerca del cambio en su propia vida porque será observada por toda su familia presente. Al llegar Pedro, Cornelio le honra al arrodillarse delante pero Pedro rehúsa esta adoración y le asegura que es tan solo hombre, mensajero del Dios Todopoderoso. Es cierto que el mensaje es digno de honor pero los mensajeros jamás deben de olvidarse que no somos dignos de desatar las sandalias de quien representamos y predicamos.



Nuestro texto incluye la oración de Cornelio, un hombre inconverso, y su contestación por parte de Dios seguido por el actuar por parte de Cornelio. Esta historia acerca de la conversión de Cornelio y su casa ocupa mucho espacio en el libro escrito por Lucas, cosa que nos hace entender que este suceso no es meramente algo digno de ser mencionado, sino este suceso indica un antes y un después para la obra de Dios y el avance del evangelio. Aquí se reconoce que el evangelio es tanto para los judíos como para los gentiles y que esta no es la decisión de ningún hombre sino de Dios y de su intervención directa en los asuntos de los hombres especialmente en el contexto de la oración. Vamos a descubrir que nuestra respuesta a la oración contestada tiene que ser sumisión a la voluntad de Dios revelada.
El rol de líder se hace más fácil cuando hay muchos dispuestos ayudar con las tareas. Esta semana pasada volvieron tres hermanos de nuestra congregación de una semana de trabajo en Comodoro Rivadavia. Ellos fueron con otros tres hermanos de una iglesia hermana para ayudar en levantar paredes en un segunda planta de la iglesia Bautista en aquella ciudad. Sacrificaron de sus medios y de su tiempo para poder realizar una obra de construcción que Dios bendijo con lindo clima, protección personal y mucha fuerza. Al final, realizaron el doble de lo que se había propuesto para aquellos días. Su sacrificio nos recuerda que cuando cada uno aporta su grano de arena se hace un mar. Sin la ayuda de estos hermanos la obra de aquella iglesia sería más difícil por lo cual agradecemos a Dios por estos obreros por más que su trabajo no sea reconocido fuera de nuestro entorno.
La muerte es tan solo terminal para los que rehúsan creer en Jesucristo.
Las acciones pequeñas de una generación de creyentes pueden influenciar para bien a otra.







Dios siempre nos acompaña cuando respondemos afirmativamente a Su llamado.